lunes, 29 de agosto de 2011

El kimono y la cultura japonesa II




El kimono se cose a lo largo de líneas rectas, esto, permite coser y descoser el mismo kimono una cantidad indefinida de veces.

La gente intenta usar el kimono y lo trata con cuidado y por la especial conexión que se establece entre la persona y el kimono, desea dejarlo para sus nietos.

Es posible pero depende del espíritu del que lo viste. Si no hay nadie para vestirlo, las costumbres y tradiciones se perderán.

Hoy, la mayoría de los japoneses piensan que el kimono se usa en sentido ceremonial al menos dos o tres veces al año.

Para la joven generación, el kimono es poco más que una reliquia del antiguo Japón sin conexión con su vida diaria.

Las razones que cimentan este modo de pensar lo encontramos en la historia del Japón.

Después del aislamiento del período Edo (1603 - 1868), las ideas y los productos extranjeros  ingresan nuevamente a Japón.

La vestimenta occidental impactó casi inmediatamente sobre la vestimenta tradicional. Los hombres, especialmente, adoptaron el estilo de vestimenta occidental dejando de lado el kimono.

El kimono continuó como estilo popular de vestimenta para la mujer.

Con el advenimiento de la Segunda Gran Guerra, la situación se modificó. Al concluir la misma, la gente imitó y desarrolló el estilo de vida occidental. La preferencia por la ropa occidental fue muy fuerte, especialmente, entre aquellos que crecieron durante la guerra y no sabían como vestir un kimono y no estaban instruidos en el modo de moverse y comportarse vistiendo el kimono.

Se produjo una cesura entre el kimono y aquellos a los cuales les agradaría vestirlo.

El kimono es admirado y la gente habla de como les atrae el kimono y como les apetecería tener la oportunidad de vestir un kimono y  transformarse en el tipo de persona a la que le sienta bien el kimono.

Se pueden establecer ciertas razones por las cuales las mujeres, hoy, no visten el kimono:
a. no conocer el valor tradicional del kimono y no saber apreciar y disfrutar del vestir un
kimono.

b. No saben coser, tampoco cerrar un kimono y, menos aún, como elegir el kimono correcto. 
     
c. El costo del kimono y no poder afrontar el gasto.

d. No pueden colocarse solas el kimono y no tienen quien les enseñe.


e. No tienen oportunidad de ir a sitios vistiendo el kimono.

f. Carecen de un lugar apropiado para guardarlo.

Si el kimono se aleja de la vida diaria, se perderá algo precioso en el arte de vestir el kimono, en los modos , los movimientos apropiados de quien lo viste y la sensibilidad hacia la vida y la naturaleza que promueve el kimono.

Hoy,se hace necesario restablecer el uso del kimono para poder percibir el haz de sutiles relaciones con las cosas que utilizamos y no, como un simple estilo de vestimenta.

No deben descuidarse las bases espirituales de la cultura del kimono: amor, belleza, cortesía y armonía.

Debemos renovar nuestra preocupación por el modo en que nos conectamos con los objetos que utilizamos y ser más sensibles a las necesidades de los otros.

Son cualidades que necesitamos en el mundo actual y en el del porvenir.

Así como hay un "do", un "camino" en la práctica de la ceremonia del té y en el arreglo de las flores, en el ikebana, hay un "camino" para vestir el kimono. Entendiendo y aprehendiendo esto, redescubriremos los valores de la cultura tradicional


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