miércoles, 23 de febrero de 2011

El kimono y las mangas




Todos los kimonos, tanto los kimonos para la mujer como para el hombre, se confeccionan
siguiendo el mismo principio.

El cuerpo del kimono es, siempre, idéntico. Solo las mangas pueden presentar variaciones.

Las mangas son importantes signos de distinción.

Por el sistema de confección del kimono, el largo de las mangas, se regula. Las variaciones
señalan situaciones o estados concretos.

Las mujeres jóvenes solteras, visten el furisode, un kimono de mangas anchas y usado en ocasiones formales.

El kosode, kimono de mangas cortas es utilizado por la mujer casada.

En el caso de las mujeres, las mangas se alargan en función del nivel de formalidad pero se acortan por la edad.
Las mangas del kimono de mujer tienen una gran abertura bajo los brazos para poder pasar el obi que se coloca debajo del pecho.
En el caso del kimono para hombres, este se ajusta con un estrecho cinturón en las caderas por lo tanto, no es necesaria una abertura tan grande.

El tanmono





Los kimonos actuales se confeccionan con una pieza de tela cuyos rollos se denominan tanmono.

La longitud y el ancho del tanmono son fijos.

El tanmono tiene la longitud exacta y necesaria para confeccionar un kimono: 13,5 mts. de largo y 38 cms.  de ancho para el kimono de mujer y 40 cms. para el del hombre.

El ancho viene determinado por el tipo de telar utilizado y el mismo ancho se encuentra a todo lo largo del país, al menos desde hace tres siglos.

En el siglo VII, un edicto imperial fijó la medida de las piezas de seda, por ende, para los japoneses ha sido costumbre comprar la tela con dimensiones predeterminadas.


Con el transcurso del tiempo, el formato de la tela y el corte, se han ido consolidando mutuamente.


La elaboración de la tela permite cambiar el dibujo al tejer cada nuevo rollo de tela, por eso casi nunca se ve dos veces, el mismo diseño.

El tanmono se utiliza totalmente para confeccionar un kimono, nada sobra, nada se malgasta.

Cuando en un kimono encontramos un ancho ligeramente inferior corresponde a confecciones antiguas, en una época en que las medidas japonesas eran menores.





lunes, 21 de febrero de 2011

El ritmo de las estaciones y el kimono





En las calles hay toda una explosión de colores y motivos.
En Japón, las fiestas son la celebración de la naturaleza y sus cambios.

Al festival de las flores de ciruelo se continúa con el de las malvarrosas, luego el de los lirios, las azaleas, la fiesta de Tanabata; en octubre es el tiempo de los arces.

Todo el año gira en torno a las flores, las hojas, los brotes, las espigas de arroz, las constelaciones.

El tiempo es circular y los kimonos siguen el ritmo de las estaciones.

El kimono es un objeto vivo.

Ha llegado el verano y, las jóvenes japonesas se han puesto el yukata, el kimono de algodón que se utiliza en verano; es también una de las pocas veces que muchos hombres se ponen un kimono.

domingo, 20 de febrero de 2011

El kimono


Los principios que rigen el patrón del kimono se han mantenido inalterables desde el siglo XVII.

La forma del kimono no ha cambiado desde el siglo XVII pero las telas que se utilizan, permiten una infinita variedad. La forma sencilla e invariable del kimono se renueva constantemente gracias a los materiales empleados.

Muchas regiones han desarrollado una técnica o estilo propio cuyo origen es identificado por los japoneses.

A pesar de que se venden en todas partes, en los grandes centros comerciales, en los mercados populares, en las tiendas de ropa a medida, casi nunca se ve dos veces el mismo diseño.

El kimono no se ha convertido en objeto de producción industrial.

El kimono se utiliza tanto en invierno como en verano. La forma es idéntica y la diferencia reside en los materiales.

De noviembre a marzo, seda forrada; en julio y agosto tejidos de transparente ligereza y así, el kimono es cálido en invierno y fresco en verano.


A medida que la temperatura desciende, se usa un haori, un abrigo corto bajo el que el obi, dibuja una graciosa joroba.
Las combinaciones de motivos y colores aportan una nota de alegría al paisaje invernal.

El kimono y yo




Amo el kimono.

 Me encanta llevarlo y deseo que otros, también, sientan el placer del kimono por eso, deseo compartir este blog para que puedan apreciar y comprender el arte del kimono y a través del mismo, la cultura japonesa.

Es todo un aprendizaje.

Me fascina el kimono, no solo por su belleza sino, también, por su complejidad mucho más sorprendente de lo que a primera vista pudiera parecer; al mismo tiempo posee un aspecto extremadamente sofisticado.

Es la esencia de la feminidad, es sugerente, deja la nuca despejada, al apoyarse sobre los hombros  obliga a tener la espalda recta dando lugar a un porte elegante.

Su belleza prevalece sobre la funcionalidad.

La palabra Kimono procede del verbo kimasu que significa “llevar sobre los hombros” y es allí donde se apoya el kimono.

El kimono es recto, no cae de manera natural sobre el cuerpo, para que “caiga bien” hay que colocarlo correctamente.

Hay que aprender a doblar el cuello con elegancia, subirlo hasta la altura justa del suelo, cruzarlo para que el escote forme una “V” cerrada pero sin trabar el cuello y dejar generosamente descubierta la nuca; alinear el faldón delantero con la costura del tabi derecho. 
Al cerrarse con nudos y cinturones, hay que aprender a anudarlos para colocarlos correctamente.

El kimono va acompañado de una serie de accesorios cuya función es la de modificar la silueta hasta hacerla elegante.

 
Es una práctica y de la ejecución precisa, dependerá la adecuada forma de la prenda.

 

sábado, 19 de febrero de 2011

El kimono y el ciclo vital II


                                                  
                                                                  
                                                               Matrimonio




En las ceremonias tradicionales, a lo largo del día la novia viste, como mínimo, dos
kimonos.


Durante la ceremonia religiosa lleva un kimono blanco cubierto con una gran capa. También, lleva un sombrero especial que, según la tradición, la protegerá de los cuernos de los celos.
El blanco - color de luto en Japón - significa que muere para su familia y pasa a formar parte de la familia de su marido.

Luego se coloca un kimono profusamente decorado en el que suele predominar el color rojo, el negro y el dorado.

Su reciente adquirido status de esposa, la obliga a renunciar a los colores demasiado fuertes y a las largas mangas del furisode.

El novio conjuga en su vestimenta el negro, el gris y el blanco.

Luce el kamishimo - especie de falda con pliegues - sobre el kimono  y su haori, abrigo cerrado con dos borlas  que, porta el sello familiar.

Los familiares más próximos a los novios visten de negro y las mujeres, un tomesode, kimono formal negro con la parte inferior decorada y el sello de la familia en los hombros y la espalda. 

Después de la boda, las mujeres adoptan kimonos de colores y motivos más discretos; se recurre a los tonos pastel, gris y la gama se torna más neutra a medida que la mujer se aleja de la juventud.

La  mujer japonesa compensa la ausencia de colores vivos con la sutileza de las telas y los estampados, se puede añadir un toque de dorado o plateado.





viernes, 18 de febrero de 2011

El kimono y el ciclo vital



Cada etapa del ciclo vital está señalada por una celebración.

La infancia, la mayoría de edad y el luto, son momentos que exigen un tipo de kimono concreto.

El matrimonio marca el fin de los kimonos de mangas muy largas y colores fuertes.

A medida que se crece en edad, los tonos y los motivos de los kimonos se hacen más discretos.





Shichi go san


Es un rito de pasaje.

En el mes de noviembre, las niñas de 3 a 7 años y los niños
de entre 3 y 5 años, son vestidos con un kimono tradicional,
el varón viste una hakama y haori y la niña reemplaza el obi angosto que llevaba su kimono de niña y usa un obi más ancho.

Acompañados por sus padres y abuelos , son llevados al santuario o al templo donde expresarán gratitud, ofrecerán plegarias para la salud e integridad de sus hijos y estos recibirán una bendición que les asegurará una larga vida.  

Durante el Shichi go san, reciben un caramelo llamado chitose-ame - caramelo de los mil años o dulce de la longevidad -; es de color rojo y blanco, largo y delgado. Simboloza y asegura el sano crecimiento y longevidad. La golosina  viene en una bolsa con una grulla y una tortuga - tsurukame - y representa la larga vida. Viene forrado en un delgado y claro papel de arroz similar a un plástico. Es una golosina muy popular entre los niños.
                                                   








                                                          




 Seijin shiki
                                                                                                                                




El segundo lunes del mes de enero, las muchachas que durante ese año cumplirán 20 años, se ponen el furisode - un kimono de mangas muy largas, un obi con un nudo en forma de flor y una estola de piel para la fiesta de Seijin shiki.

Esta fecha señala su mayoría de edad y el derecho a ir a bares, a fumar y a beber.

 Desde temprano, invaden las calles y los santuarios y son reinas durante un día.
 

jueves, 10 de febrero de 2011

El kimono hoy




El kimono permaneció inmutable a lo largo de más de 250 años. Entre 1853 y 1945, fue abandonado a favor de la vestimenta occidental.

Hasta principios del siglo XX, el kimono fue la base de la indumentaria cotidiana. Se lo utilizaba para trabajar, pasear, jugar. Había diferencias en el uso del kimono tanto en el campo como en la ciudad y según la región.

A partir de 1853, cuando Japón se abre al comercio occidental, progresivamente, los japoneses abandonan el kimono a favor de la ropa occidental, símbolo de su acceso a la modernidad. Esta evolución necesitó varias décadas y por ende, la vestimenta japonesa no se unificó con el exterior hasta después de la Segunda Gran Guerra.

Los hombres fueron los primeros en adoptar este cambio. Utilizan la ropa occidental para ir a trabajar y de regreso, en el hogar lo cambian por el tradicional kimono que se adapta mejor a su habitat. Al permanecer en los hogares, las mujeres conservaron el kimono durante más tiempo.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno solicita a las mujeres que corten sus kimonos y los transformen en monpe, uniformes de trabajo. Primero recortan los de menor valor hasta llegar a los de seda, pintados a mano

Hoy en día, el kimono se lleva poco pero no se ha convertido en una reliquia del pasado.

Más que nunca, el kimono hoy, es la quinta esencia de la cultura japonesa en materia de vestimenta.